Los misteriosos alineamientos
del crómlech de Nabta Playa
Por Manuel Plata Luque
(Este documento fue publicado en Academia.edu en 2018)
En 1970, en el transcurso de unos trabajos de excavación en el complejo arqueológico conocido como Nabta Playa, en el desierto egipcio, los miembros de una expedición organizada por la Universidad Metodista del Sur (Texas, EE.UU.) descubrieron un conjunto megalítico que llamó su atención. Se trataba de un crómlech de estructura circular con una leve elongación en uno de sus lados y cuatro pares de piedras erigidas a modo de puertas, situadas en los cuatro puntos cardinales. Aunque el yacimiento se dató en el año 10.000 a.C., el crómlech parecía más moderno, aproximadamente del 6.000 a.C.
Según el estudio realizado por algunos arqueoastrónomos, al parecer, las “puertas” del círculo estarían orientadas a determinadas estrellas o constelaciones. Por desgracia, la estructura sufrió los efectos de los vándalos y no se puede determinar con precisión la ubicación original de las piedras, por lo que no se ha podido realizar un estudio más exhaustivo; el debate oficial, pues, sigue abierto.
En la siguiente imagen se puede observar la disposición del crómlech.
Imagen 1
En la actualidad existen muchas corrientes científicas y paracientíficas que aportan un punto de vista alternativo a las doctrinas ortodoxas sobre la interpretación de determinados restos arqueológicos que no se corresponden con el supuesto atraso intelectual y tecnológico de nuestros antepasados más lejanos. Estas líneas de opinión van desde desaparecidas civilizaciones terrestres mucho más avanzadas que la nuestra hasta la influencia de inteligencias extraterrestres en la evolución humana; de hecho, uno de los investigadores de Nabta Playa, el doctor Thomas G. Brophy, de la Universidad de Colorado, apostó por esta última solución para explicar la exactitud de la alineación del crómlech en la citada fecha. Son puntos de vista tan contradictorios que la pregunta que se impone es, ¿quién está en lo cierto?
El presente estudio no se pretende ser una tesis doctoral que dé nada por sentado, simplemente nos vamos a limitar a mostrar, de una manera sumamente resumida, hechos evidentes obtenidos a través de un minucioso trabajo de investigación. Será el lector el que saque sus propias conclusiones.
1. ¿Sólo Nabta Playa?
Las teorías de la alineación del círculo de Nabta Playa se han elaborado basándose en simulaciones realizadas por ordenador de los cielos en el tiempo en que se supone que se erigió, y para la latitud concreta en que se encuentra ubicado el yacimiento.
Pero, ¿qué ocurriría si ese crómlech hubiese sido hallado tres mil kilómetros más al norte y con una orientación totalmente diferente? ¿Se seguiría manteniendo esta tesis?
Vamos a trasladarnos a Inglaterra, concretamente a la localidad de Keswick, condado de Cumbria. Allí podemos encontrar otra composición megalítica, el denominado Círculo de Piedras de Castlerigg, fechado en el 3.200 a.C., tres mil años más moderno que el de Nabta Playa.
Imagen 2
Hemos girado y superpuesto ambos croquis y el resultado se puede observar en la imagen 3. Las dos estructuras coinciden casi a la perfección, a pesar de la enorme distancia en el espacio y en el tiempo que las separa.
En el interior del crómlech de Inglaterra, hacia la parte suroriental, aparece una especie de recinto rectangular con un espacio abierto en el perímetro a modo de acceso, al que se ha llamado “El Santuario”. Una vez que se superponen ambos crómlechs, podemos observar que la parte del Santuario que se une con el círculo coincide casi a la perfección con las dos piedras erigidas correspondientes a la Puerta del Norte de Nabta Playa, mientras que el acceso al recinto tiene la anchura suficiente para que lo atraviese el eje norte-sur de la composición egipcia.
2. ¿Sólo Orión?
Antes hemos citado al doctor Brophy como el autor de una teoría, más o menos aplaudida, que explicaría la precisión con la que unos seres recién salidos de las cavernas fueron capaces de orientar el círculo de Nabta Playa a una zona concreta del firmamento, amén de otros paralelismos mucho más avanzados que el astrofísico pudo apreciar.
El currículum de este científico no es para tomárselo a broma. Thomas Brophy fue investigador en el Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado Bounter, colaborador en proyectos aeroespaciales de la NASA y miembro de la National Sciencie Foundation -organismo independiente creado por el Congreso de los Estados Unidos “para promover el progreso de la ciencia, para promover la salud nacional, la prosperidad y el bienestar, para asegurar la defensa nacional…”-, y como tal, participó en intercambios con la Universidad de Tokio.
Para Brophy, el círculo de piedras estaría orientado a la constelación de Orión y las seis piedras del interior del círculo se corresponderían con el cinturón de Orión en dos momentos diferentes de la historia, separados por trece mil años. De ser cierto este dato, sería preciso que los creadores del crómlech manejasen un concepto tan complejo como el del movimiento de precesión terrestre.
Para mostrar su teoría, Brophy dibujó un croquis con la supuesta alineación.
Esta teoría planteada por Brophy no es nada descabellada, teniendo en cuenta que muchas construcciones antiguas presentan alineamientos similares con el cinturón de Orión; el ejemplo más claro es el de las tres pirámides de Guiza: Kheops, Khefren y Micerinos.
En este punto, y sin querer ser pretenciosos, nos gustaría añadir un dato que, como mínimo, llama la atención.
En la imagen 5 aparece la región del cielo donde se encuentra la constelación de Orión. Se trata de la zona celestial en la que actualmente se produce el solsticio de verano –que ocurre en el límite de las constelaciones de Géminis y Tauro-. Es un espacio delimitado por cuatro de las estrellas más brillantes de las constelaciones de Géminis, Auriga, Tauro y Orión, las cuales forman una cruz o aspa, dependiendo de la elevación con que se observen.
Si superponemos el círculo de Nabta Playa a esta imagen celestial podemos observar que sus cuatro puertas coinciden, casi a la perfección, con las cuatro estrellas que delimitan la zona interior donde se produce el solsticio: Alhena, en Géminis; Elnath, que forma parte tanto de Tauro como de Auriga; Aldebarán, en Tauro y Betelgeuse, en Orión.
El ligero estiramiento de la parte occidental del círculo de piedra permite el encaje de la estructura megalítica con la estelar.
Imagen 6
Si nos atenemos a las fechas de la datación del crómlech, es probable que esa zona del cielo apareciera en el horizonte en el equinoccio de primavera. Pero, ¿de verdad es este momento astronómico lo que se quería representar en Nabta Playa? A tenor de lo observado en el Círculo de Piedras de Castlerigg, tres mil años más moderno, habría que pensar que no.
Cuál era la intención de los creadores de ambos círculos de piedra es difícil de saber; pero la verdadera incógnita surge cuando se analiza otra extrañísima alineación en la que aparece Nabta Playa.
3. ¿Piedras puestas al azar?
La imagen 7 muestra uno de los mayores enigmas de la egiptología, el zodíaco de una capilla dedicada a la Resurrección de Osiris, en la terraza del templo de Hathor, en Déndera, actualmente expuesto en el museo del Louvre, París.
Muchas han sido las interpretaciones que se han realizado sobre este zodíaco; a poco que se busque, se encontrará una abundante cantidad de imágenes con todo tipo de líneas, tratando de encontrar geometrías sorprendente; y muchas también las especulaciones sobre la fecha de su elaboración. La egiptóloga Sylvie Cauville, de la Universidad de Utrech, y el astrofísico Eric Aubourg, de la Universidad París-Diderot, a través de una simulación por ordenador, llegaron a la conclusión de que la disposición de los planetas representados en el zodíaco y la supuesta plasmación de determinados eclipses indicaban que la pieza se debió realizar sobre el año 50 a.C., en el reinado de Cleopatra.
El nuestro es uno más de esos intentos por escudriñar los secretos de esta pieza maestra; de los menos importantes, sin duda, pero en el que se muestra un detalle que, a nuestro humilde entender, va más allá de la mera casualidad. Comprobémoslo.
Imagen 7
Si atendemos al círculo exterior ocupado por los brazos de los personajes que sustentan el disco zodiacal, podemos encontrar cuatro elementos; dos jeroglíficos diametralmente opuestos, que significan Oriente y Occidente, y dos cartuchos rectangulares con inscripciones (imagen 8).
Imagen 8
Trazando una línea que una los dos jeroglíficos, ésta pasa entre las manos de las figuras que sustentan el disco interior (imagen 9). Por otro lado, si tiramos otra línea desde el cartucho más próximo al jeroglífico que significa Oriente (en la parte inferior izquierda de la imagen), siguiendo el eje de reflexión del cartucho, también pasamos por entre las manos de dos figuras sustentadoras, y podemos comprobar que la primera línea tiene una inclinación con respecto a la segunda de exactamente 70º (imagen 10).
Imagen 9
Imagen 10
Además, hay que llamar la atención sobre un detalle curioso; el halcón Horus, que se encuentra apoyado en un pedestal justo al lado de la figura de Osiris-Orión, tiene una inclinación tal que la línea que parte del cartucho lo atraviesa justo por el centro y pasa por su ojo derecho, el denominado Ojo de Ra, equivalente al Sol –recordemos que el ojo izquierdo es el Udyat, el verdadero Ojo de Horus, y corresponde a la Luna- (imagen 11).
Si observamos el lugar donde ambas líneas se cruzan, comprobamos que se trata de la misma zona celestial que la mostrada anteriormente, el lugar donde actualmente se produce el solsticio de verano, el punto más alto que alcanza el Ojo de Ra en su trayectoria anual por la eclíptica (imagen 12).
Imagen 12
A la vista de esta interesante coincidencia, no nos resistimos a superponer el crómlech de Nabta Playa con esa zona del zodíaco de Déndera. Y la casualidad -o la causalidad- nos ofrece esta sorpresa (imagen 13).
Imagen 13
Cuando alguien contempla una construcción megalítica, lo primero que piensa es que tal estructura, se haya construido con fines astronómicos o religiosos, marca unos límites y establece unos puntos “sagrados”. En el caso de Nabta Plata, parecería que las cuatro Puertas constituyen las verdaderas alineaciones estelares, mientras que el resto de piedras se limitarían a establecer un perímetro más o menos premeditado, pero cuya ubicación carecería de importancia, con tal de que siguiesen la forma deseada. Pero, ¿de verdad esto es así?
Cuando analicemos una a una las piedras del crómlech de Nabta Playa en relación con determinados detalles del zodíaco de Déndera, saldremos de dudas.
Al empezar a observar la superposición de imágenes, lo primero que salta a la vista, sin necesidad de profundizar, es que los ejes de ambas figuras coinciden a la perfección: 70º de inclinación, tanto en el zodíaco, como en las Puertas del crómlech. Se trata de una coincidencia rotunda. No entraremos a descifrar lo que significan esos setenta grados, únicamente pretendemos mostrar esta evidencia incuestionable.
Por otra parte, también se aprecia a simple vista que las únicas constelaciones que quedan dentro del círculo de piedras son, precisamente, las que antes quedaban delimitadas en el firmamento: Géminis, Auriga, Tauro y Orión.
Acudamos ahora a la disposición de las piedras de Nabta Playa.
Utilizando la numeración propuesta por nosotros en la imagen 1, empezaremos el análisis por la parte superior y progresaremos en sentido antihorario.
- La pata del buey –Osa Mayor- aparece justo entre las dos piedras erigidas como “Puerta del Norte” de Nabta Playa –piedras 29 y 1-.
- El círculo, en su cuadrante noroccidental, pierde su casi perfecta redondez. Gracias a esta deformación, la piedra número cuatro mantiene separado al cangrejo –Cáncer- del conjunto interior, a pesar de que prácticamente toca a una de las figuras de Géminis.
- El personaje que se encuentra delante del león –Leo-, entre el cangrejo y uno de los gemelos, que según algunos estudiosos podría ser el planeta Júpiter, aparece con una pierna adelantada. Las piedras cinco, seis y siete siguen la trayectoria del cuerpo y la pierna adelantada de este personaje con una exactitud sorprendente.
- A continuación tenemos la Puerta del Oeste. Si la anterior estaba atravesada por la pata de buey, en este caso ocurre lo mismo con la cola del halcón Horus.
- Continúa el círculo con la décima piedra, que se corresponde con la cornisa del pedestal donde se apoya el halcón Horus.
- La piedra trece queda a la altura del codo derecho de Osiris-Orión, que tiene su antebrazo recogido sobre el pecho.
- Las dos piedras erigidas de la Puerta del Sur también dejan pasar un objeto; en este caso, el cuerpo de Osiris-Orión, que coincide exactamente con la anchura dejada por ambas piedras.
- La decimosexta piedra se encuentra a la altura de la mano izquierda de Osiris, la que sujeta el cetro Uas.
- Las piedras diecinueve y veinte coinciden con absoluta precisión con la silueta redondeada del pecho del toro –Tauro-, que se encuentra en una posición contraria a la habitual.
- La piedra veintiuno coincide con el cuerno izquierdo del toro.
- La piedra veintidós coincide a la perfección con la caña de la pata doblada del carnero –Aries-.
- Encima del carnero aparecen dos figuras unidas por la espalda, un babuino y algo parecido a un perro; se trata de las constelaciones de Perseo y Andrómeda. El espacio de la Puerta del Este se encuentra ocupado por las patas traseras del perro, con una piedra erigida justo en el lomo del carnero y la otra en el punto donde se unen ambas constelaciones, en la base del rabo del babuino.
- La piedra veintiséis coincide con la mano del babuino.
- La piedra veintisiete coincide con la cabeza del babuino, en donde se apoya un halcón Horus con la doble corona de Egipto.
- La piedra veintiocho coincide a la perfección con la doble corona que porta el halcón Horus, incluso en la inclinación.
4. Conclusión
Como se puede comprobar, en ningún momento a lo largo de este minúsculo trabajo hemos tenido la tentación de sacar conclusiones propias, habiéndonos limitado a presentar hechos.
Sin embargo, sin ánimo de ser fantasiosos ni frívolos, las evidencias mostradas anteriormente nos hablan de que en la historia antigua hay algo más que pragmatismo a la hora de elaborar sus obras sagradas. No cabe duda, por supuesto, que tales artefactos podrían haber tenido una aplicación práctica a la hora de decidir los mejores momentos para la siembra y la caza; sin embargo, cuando se comprueban determinados elementos menos evidentes, hay que pensar que en las mentes de aquellas personas, seres al parecer poco evolucionados, pesaban otras razones muy distintas, insoslayables en estos momentos, sí, pero en absoluto descartables.
Sería un gran honor para nosotros que alguien más autorizado se detuviera a escudriñar lo que en esta humilde exposición se muestra. Quizás, entre todos, podamos obtener una imagen completa de los misteriosos mensajes que trataron de transmitirnos nuestros más lejanos antepasados.
Agradecimientos
Imagen 1: Crómlech de Nabta Playa. Jaromír Krejčí y Lenka Varadzinová Suková, a través de: http://www.archaeo3d.com/en/3-cesty-neolitizace/pozoruhodna-africka-cesta/nabta-playa---kamenne-kalendarium-/
Imagen 2: Crómlech de Castlerigg. John Waterhouse, a través de: http://archaeologydataservice.ac.uk/archiveDS/archiveDownload?t=arch-430-1/dissemination/jpg/supporting/sketch_plan_after_waterhouse.jpg
Imagen 4: Crómlech de Nabta Playa y su alineamiento con Orión. Thomas G. Brophy.The Origin Map: Discovery of a Prehistoric, Megalithic, Astrophysical Map and Sculpture of the Universe. iUniverse. 2002. ISBN-13 : 978-0595241224
Imágenes 5 y 6: Aplicación estelar Stellarium 0.15
Imagen 7: Zodíaco de Dendera. © Museo de El Louvre.
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